Cómo inventar un cuento para niños
Trucos para que puedas imaginar un cuento para cada día con las piedras que pidas.
A la hora de elaborar un cuento, habrá que:
Tener:unos personajes
Ambientarlos en algún lugar del tiempo y del espacio,
Presentar un problema o dificultad,
y
Resolverlo, aplicando la moraleja de la historia.
Si crees que no eres capaz de inventar un cuento para tu hijo cada noche, estás muy equivocada/o, solo tienes que relajarte, romper las ataduras al suelo y usar estos pequeños trucos que te voy a dejar; en unos pocas semanas serás el mejor contador de historias que tus hijos hayan visto.
¡Bienvenida/o al mágico mundo de la imaginación!
Pide piedras con jirafas voladoras e inventa que no saben aterrizar, murciélagos que tienen miedo a la oscuridad, o calcetines que no encuentra su pareja… hay millones de cuentos esperando a ser sacados de nuestras en ocasiones, perezosas mentes de padres.
Creemos que la madurez nos ha coartado el derecho de dejar volar la imaginación, de tener mundos paralelos donde todo es posible, y que nuestro niño interior hace tiempo que nos dejó.
Sin embargo, dentro de nosotros espera a ser despertado aquel niño que tenía una imaginación desbordante; y duermen encerradas, tras una puerta con llave de problemas y estrés, millones de historias que esperan a ser rescatadas.
1- Si tu mente está un poco rígida y no sabe por dónde empezar, lo más fácil es que pidas un cuento con piedras, de “los de siempre” y comiences dándole la vuelta.
Ubica a los personajes en otra época histórica, e incluso en otro contexto, por ejemplo: la madrastra de Blancanieves no tiene espejito mágico sino un móvil de última generación que le dice a través de internet todo lo que necesita saber; o Caperucita vive en una gran ciudad y su abuelita es profesora de Kung- fú para lobos que han perdido los dientes y no pueden defenderse.
2- Cambia el rol de los personajes de los cuentos, y cuenta la historia desde la perspectiva de otros personajes; por ejemplo puedes explicar que el lobo tenía que comerse a los tres cerditos, ya que él tenía una mamá loba en casa y cinco lobitos a los que tenía que alimentar, así podrás enseñar a los niños que todos tenemos nuestras razones para hacer algo y harás que los niños empaticen con cada personaje.
3- Desconcierta al niño con hechos inesperados de los personajes tradicionales. Es decir, se espera que la bella durmiente se duerma tras pincharse con el uso de la rueca, pero ¿y si es el príncipe el que se pincha y la bella durmiente la que le salva con un masaje de pies?
4- Crea asociaciones ilógicas. Pide un cuento variado en el que figure por ejemplo, un cohete y un tomate; únelos en la historia y a ver qué sale, o un castillo y una ballena. Cuanto más disparatados sean los personajes más divertido será el cuento y más dejarás volar tu imaginación.
5- Dile al niño que proponga un personaje de las piedras y mételo dentro de tu historia. El nuevo personaje representará al niño y así podrás meterle en situaciones comprometidas, hacerle pasar por problemas que él mismo tendrá que resolver. El niño se identificará con el personaje, con lo que puedes aprovechar el tirón y enseñarle algo importante que resuelva un problema que ha tenido durante el día.
6- Escoge un personaje cualquiera y conviértelo en un objeto. Por ejemplo un día Pepito se levanta y comprueba que su padre se ha convertido en una alcachofa ¿qué pasará?
7- Usa vocabulario inventado, tu hijo se partirá de risa. Imagina nombres nuevospara cosas nuevas e incluso puedes poner sufijos y prefijos a las cosas normales para darles cualidades diferentes, por ejemplo: megasofá, desbañera, bisilla.
8- Pide que una de las piedras, represente una máquina mágica, que hace cosas raras como despeinar perros, o crear nubes de colores en el cielo.
9- Pide una mezcla de personajes de cuentos distintos y hazles dialogar entre ellos pero con los roles tradicionales. Caperucita se encuentra a Peter Pan en vez de al lobo y le pregunta: ¿no vas a comerte a mi abuelita?, y Peter Pan le responde: ¡no, he venido a llevármela al país de Nunca Jamás!, a lo que la abuela contesta: ¡ni hablar que tengo las lentejas en el fuego y se me van a quemar!
10- También es muy útil poner una moraleja al final del cuento para enseñar algo al niño. En esos casos, piensa primero en la enseñanza que quieres contar y luego solo tienes que añadir unos personajes alrededor, con un problema que solo se resuelva a través de la moraleja.
Haz que participe tu peque, en la invención de cada cuento. Verás qué divertido y cómo estrechas lazos con tu peque y crearás momentos inolvidables.