Rachel Delice
Juegos educativos y cuentos personalizados con piedras o maderas, pintados a mano
¿De qué se trata?
¿Qué pedir?
¿Cómo se juega?
La auto-narración de cuentos, como herramienta educativa
Érase muchas veces...
Cuentos (no existentes en el mercado) con personajes/elementos variados:
La invención del cuento la realizan los mismos niños/as, a través de él, manifestando sus ideas, sensaciones y frustraciones y dándoles un verdadero carácter proyectivo.
Con cada piedra, se le puede pedir al niño, que diga qué está pensando, que pasó y que pasará. Los niños/as narrarán lo que les sugieren los dibujos agrupándolos y reestructurándolos, configurando así, una historia
Después de esto, mezclaremos y compondremos un nuevo cuento.
(Podemos elegir los personajes/elementos que lo componen)
Cuentos existentes en el mercado
Podemos (cómo no), narrar el cuento tal cual está escrito por el autor; pero puede ser todavía más interesante, la “reconstrucción” del mismo.
Se trata de elegir un cuento cualquiera y que los niños/as lo reconstruyan, cambiando el orden de aparición de los personajes/elementos, cambiando la función que desempeña cada personaje y convirtiendo el cuento en otro muy distinto quizás, presentando nuevas situaciones con las variaciones y modificaciones que se les puedan ocurrir: desarrollando así su imaginación y creatividad.
Después de esto, mezclaremos y compondremos un nuevo cuento.
Ensalada de cuentos
Podemos seguir adquiriendo cuentos y con dos o más de ellos, realizar una “ensalada de cuentos” añadiendo o quitando piedras a nuestra voluntad (o mejor: la del niño) y teniendo que unir personajes tan dispares como por ejemplo, un troglodita y un ordenador personal.
Se presentan en caja de madera personalizada y pintada a mano o en bolsa con cordón.
Puede jugar uno o varios niños, pudiendo participar o no, el adulto y comenzar o continuar un cuento, según el dibujo de la piedra elegida.
El jugador que empieza, elige de entre todas las piedras del saquito, un personaje (humano o animal) y con la frase:
“Érase una vez…”, iniciará una historia o cuento inventado, que tenga que ver con ese personaje.
Ejemplo:
Elige entre las 15 piedras, a un pirata y dice:
Érase una vez… un pirata, que llevaba muuuchos años, buscando un gran tesoro… O cualquier otro principio (que puede ser más largo), con cualquier piedra elegida.
Cuando termine de contar lo que se le haya ocurrido, dejará la piedra, encima de la mesa, con la ilustración a la vista.
El siguiente jugador, deberá continuar la historia/cuento, donde él la dejó, relacionándola con la piedra que él saque (metiendo la mano en el saquito y extrayendo una piedra al azar). También pude incluir además, personajes, elementos o situaciones, inventadas; pero siempre, relacionándolos con la historia que se está contando y con la piedra que haya extraído.
Una vez haya narrado su fragmento de cuento, pondrá su piedra encima de la mesa, con la ilustración a la vista de todos.
El jugador de su derecha, continuará la historia donde él la dejó, relacionándola con la piedra que extraiga y pudiendo en su narración, utilizar también, las que haya encima de la mesa y lo que se invente. Y así sucesivamente, hasta que se hayan utilizado las 15 piedras.
En el momento hayan participado todos y ya no queden piedras por sacar, el siguiente jugador, podrá utilizar la o las piedras de encima de la mesa que desee, para seguir con la historia o cuento. Después de ello, volverá a dejar la piedra o piedras que utilice, sobre la mesa y continuará el siguiente jugador.
-Todos los jugadores, deben contar su parte de la historia (más o menos larga), en su turno.
Cuando ya hayan contado todos los jugadores su trozo de cuento, tanto extrayendo (al principio), la piedra del saquito, como (después) con las piedras elegidas de la mesa, el jugador siguiente, contará un final del cuento, que le parezca.
El siguiente jugador, contará un final distinto. Y así sucesivamente, hasta que todos hayan contado su final preferido. Y cada uno de los jugadores, después de contar su final, terminará con la frase:
…Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Cada cuento, está formado por una serie de piedras (Normalmente unas 15) ilustradas a mano y cada una de ellas, representa un personaje u objeto, que corresponde a una temática interesante para encender la imaginación de los niños y su creatividad como: “Piratas”, “Bebés”, “Extraterrestres”, “Colegio”, “Oficios”, “Animales”, o el tema que queráis. Los niños, crean y desarrollan su historia a partir de ahí (completamente solos o con la colaboración del adulto <guiándoles o planteándoles situaciones o problemas a resolver>).
Se trata de un juego educativo, hecho con piedras ilustradas a mano, que además de entretener, potencia la capacidad de los peques, de contar cuentos; ayudándoles a organizar el pensamiento, a relacionar y a crear por sí mismos.
Es posible regalar magia a un niño.
La magia que siempre han tenido y tendrán estas tres palabras: “Érase una vez…”.
“Cuentos con piedras”
Un regalo con magia, que a la vez, es, un verdadero recurso educativo que además de entretenerle, potencia diversas capacidades en el niño; como la de contar cuentos; introduciéndole en el discurso narrativo; desarrollando su imaginación, la creatividad y la capacidad de estructuración y de nombrar y describir imágenes y acciones que acometen los personajes de las piedras, partes del entorno donde se desarrolla, nombres de animales y cosas, etc. potenciando la comunicación, el intercambio de ideas y la introducción/ampliación de vocabulario; permitiéndole, ser el protagonista de su propia historia y pasar largos momentos de juego, acompañado por los padres o educadores, amiguitos, etc. (también en solitario) siendo cada vez diferente, porque es quien juega, el que le da vida.
Favorece, facilita y potencia la comunicación tanto verbal como no verbal y la expresión, además de mejorar diferentes habilidades lingüísticas y cognitivas; como son:
- Habilidad para organizar eventos en torno a un tema central, permitiendo construir un relato coherente (Coherencia).
- Habilidad para secuenciar eventos en el tiempo (Manejo de relaciones temporales).
El manejo de relaciones de causalidad estimula y desarrolla áreas tan importantes como el pensamiento inferencial, deductivo, etc...
_ ¿Se puede pedir que los personajes/elementos (aunque no serán reproducciones de las imágenes originales), representen a los de un cuento clásico?
¡Se puede!
_ ¿Se puede pedir algo más?
Sí; sería perfecto, poder elegir la temática y/o los personajes o elementos que aparecerán en las piedras (Personalización), para transmitir los valores que deseemos en el niño:
¡Concedido!. “Se puede”
OTRAS MANERAS DE USAR LOSCUENTOS CON PIEDRAS O CUENTOS EN MADERA
Estas piedras son un recurso abierto, no hay una sola manera de usarlas. Se pueden improvisar e inventar cuántas formas se quieran, según si hay uno o varios niños, su edad, etc.
1) El niño o la niña improvisa con la bolsa de piedras. Cuando son nuevas lo mejor es dejarles la bolsa y ver cómo las usan. Es la forma más sencilla pero también la más interesante para empezar. ¿Qué harán con ellas? Seguramente mirarán los dibujos primero, les dará tiempo de asimilar qué es cada uno y qué puede representar.
Una vez familiarizados con ellas es muy probable que se expliquen historias a sí mismos y que inventen múltiples juegos con ellas.
2) El narrador explica la historia según el orden en que van saliendo las piedras. Con todas las piedras dentro de una bolsa, el niño o la niña va sacando las piedras de una en una y el narrador (mamá, papá, la maestra…) va trazando una historia, que va girando y recorriendo nuevos caminos en función de las piedras que salen al azar.
3) El niño ordena las piedras de una forma predeterminada antes de empezar y el narrador va a seguir ese orden, que ya conoce de entrada, para trazar la historia. En esta forma hay menos improvisación, porqué conocemos de antemano el orden, pero ello nos da la oportunidad de tejer una historia más trabajada.
4) El niño narra la historia. Según la edad que tenga el peque, será él quien explique la historia, en función de las piedras que el adulto, otro niño o él mismo vaya sacando de la bolsita cerrada. Esta es la mejor opción para trabajar la propia imaginación del niño y potenciar la oralidad y el desarrollo del lenguaje.
5) Esconder las piedras de contar historias por el comedor de casa, el jardín, el bosque o dónde estemos. La historia se va trazando a medida que aparecen las piedras. Lo bueno es que como se busca cada piedra, una a una, hay intervalos de tiempo para que el narrador prepare mejor el siguiente paso. Esta es una opción más interactiva y más movida pero, evidentemente, los niños van a estar menos concentrados en la historia y más emocionados buscando piedras.
CUENTOS CON PIEDRAS O MADERAS. ¡A IMAGINAR!
Un gran recurso didáctico y de entretenimiento, tanto si saben leer como si no.
Una de las ventajas de estos cuentos, es que están especialmente diseñados para ser contados y/o imaginados sin necesidad de tener texto; con imágenes sencillas, coloridas y atrayentes para los niños, que consiguen evocarles mil historias diferentes.
Tienen el valor añadido de que podemos pedir las imágenes que deseemos que figuren en las piedras o maderas, según el gusto de los peques y nuestros objetivos.
El niño las observará y a partir de ahí, imaginará que está pasando; con lo que potenciaremos su concentración y atención y agudizaremos su capacidad de observación.
Despiertan la imaginación de los pequeños y su creatividad porque, aunque pidiésemos que figuren personajes de un cuento existente en el mercado, para tener la opción de contar una historia concreta, al no estar acompañado por texto, admite infinidad de interpretaciones, haciendo posible, contar la historia siendo fieles a la original o/y desarrollar/imaginar un número infinito de historias diferentes.
Con estos recursos, los niños, agudizan su ingenio y ejercitan la toma decisiones y resolución de problemas.
Amplían su vocabulario y favorecen habilidades lingüísticas, narrativas y orales.
Dan autonomía al niño, pues no requieren de la ayuda de un adulto imaginar un cuento. Aunque...
Si el adulto participa en el juego, se favorece la comunicación y el diálogo.
Refuerzan su autoestima: como no hay una forma correcta o incorrecta de contar la historia, no pueden equivocarse, así que no les da miedo crear.
Nos permiten conocer más el mundo interior del niño, sus emociones, sus preocupaciones,...